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Gregorio Mayans y Siscar -... > Epistolario > Volumen II : Mayans y Burriel > Andrés Marcos Burriel a Gregorio Mayans y Siscar, 13 de agosto de 1746

Datos del fragmento

Remitente Andrés Marcos Burriel Destinatario Gregorio Mayans y Siscar Pag. Inicio 291 Pag. Fin 296

Texto

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Andrés Marcos Burriel a Gregorio Mayans, 13, agosto de 1746

"Eruditísimo señor D. Gregorio, mi dueño y amigo singularísimo.

Recibí de mano de nuestro D. Manuel Martínez Pingarrón los quatro exemplares de las Advertencias de el sabio marqués de Mondéjar y por todos ellos doi a Vmd. inumerables gracias, pues no menos debo a Vmd. el favor que me hace el Sr. Cabrera y el que Vmd. hace a mis amigos que el que me dispensa inmediatamente a mí. Hele leído con grandísimo gusto, aunque no me han agradado igualmente todas las cosas. Fáltanme aún algunas Advertencias por leer, y ya que Vmd. me precisa a que diga mi sentir de esta obra me atreveré a explicar llanamente algo de lo que concibo sugetándolo todo a la corrección de Vmd. La Dedicatoria al duque de Huéscar me ha hechizado, no he leído muchos días ha cosa que tanto me deleite y esto es que leí ayer la carta que el P. Fr. Luis de Granada escribió a la duquesa de Alva consolándola sobre la muerte del héroe de Vmd. la qual está en el tomo 26 de sus obras de la edición que hizo D. Francisco Piquer, año 1711. Con esto se me ha avivado la esperanza de ver una obra sin igual en la vida del duque y para que sea entonces mayor mi gusto leeré ahora la Vida que escribió en latín y imprimió en Salamanca año 1669 el P. Antonio Ossorio y la traducción que en francés salió en París año 1698 (aunque no quiso nombrar al jesuíta español) las quales he encontrado aquí.

La Aprobación del Dr. Cabrera está como Vmd. me la pintó juiciosísima y eloquentísima. Lástima es que el Sr. Cabrera tenga ociosos para el público sus talentos y estudios y Vmd. podría remediar esto.

La del Dr. Sales está curiosa y aunque muchos reprueban valerse de voces y más de caracteres de lenguas extrañas quando tenemos correspondientes en la materna, pero como todos los que pueden manifestar su inteligencia de idiomas peregrinos lo hacen, se quita la disonancia. La especie que toca de los hurtos de Cano contemplo que es hueso para que le roa el P. maestro Segura bien que Cano llanamente confiesa haverse aprovechado de el Dr. Vergara.

La Prefación de Vmd. es tal que yo no puedo hacer otra cosa que admirarla. No puede estar mejor la defensa de Mariana, las enseñanzas para la historia y los reparos sobre todo. Pero siento que Vmd. se incline a sentir con el marqués que Mariana murió a 17 de febrero de 1623. Su muerte fue el dicho día 17 de febrero de 1624 lo qual además de los testimonios que he remitido a Vmd. se comprueba con que el P. Bartholomé Alcázar no sólo en la Chrono-historia impresa la pone ese día, sino también en sus índices manuscritos hechos con suma curiosidad y teniendo presente la carta de edificación. El P. Monzón en otro Menologio manuscrito que guarda el P. Cassani la pone el mismo día y año y cita los catálogos antiguos de la Provincia, y a la verdad en uno de éstos que empieza el año 1614, según el estado que tenía entonces la Provincia, en la lista de los muertos que va succesivamente por los años, dice al de 1623. P. Diego Daza difunto en la mar en el viage de Inglaterra yendo con el Sr. D. Diego Hurtado de Mendoza, corregidor de Toledo, a 16 de octubre de 1623, y después de otros, al año siguiente, dice: P. Juan de Mariana murió en Toledo a 17 de febrero de 1624. Toledo. Esta noticia no admite duda alguna y así el padre vio sin duda y corrigió la edición de su Historia hecha año 1623. Y digo vio porque la ceguera si la huvo (el P. Esquerra dice que perdió los oídos pero no la vista, ni yo me acuerdo que lo diga otro alguno) no fue tal que le impidiese escribir el Sumario que continuó hasta el año de 1622 de orden de Phelipe IV que le ayudó para la costa de la impresión, como dice el P. Andrade en la vida del mismo Mariana a quien conoció y con quien concurrió los dos últimos años de su vida en Toledo. En otro de estos catálogos, que es de los profesos se pone el primero Mariana así: P. Juan de Mariana 15 de noviembre 1564. Roma. En ninguno de estos catálogos se halla el P. Higuera porque havía muerto ya el día 13 (el P. Ezquerra dice 14 de septiembre en su Historia al año 1611) de septiembre de 1611 como advierte en este día el P. Alcázar en sus índices y en la continuación manuscrita de su Chrono-Historia que está en el archivo del Colegio Imperial, Década 8 al dicho año 1611, cap. 1. § 5. Donde noto con esta ocasión que el § 6 de dicho capítulo es Excurso breve sobre sus ventilados escritos. Defiéndele contra Aguirre, Papebrochio y Mondéjar con los testimonios de su virtud que yo produge a Vmd. otra vez, cita las noticias de la carta de edificación que escribió el P. Gabriel de Vega, Prepósito de Toledo, en su muerte, pero no la pone a la letra, impugna la junta de Higuera por 20 ó 30 años con Mariana en Toledo por los catálogos (y a la verdad las cartas de Higuera a Gerónimo Blancas que Vmd. publicó están firmadas en Ocaña los años de 1589 y 1590 y Alcázar dice que en el año 93 concurrieron en Ocaña Higuera y Portocarrero) dice que Mariana citó los chronicones como notó Dalmasses en el Discurso de la patria de Paulo Orosio, últimamente produce el testimonio de un ilustre togado en una obra que destinada a la prensa y viene a reducirse a que si Higuera fue engañado no fue a lo menos engañador. Esto es todo lo que produce el P. Alcázar y ya Vmd. ve que ninguna luz añade a las que yo tenía y que ha burlado mi esperanza un hombre que fue curiosísimo, laboriosísimo y exactísimo, pero si ni en Alcalá, ni en Belmonte, Murcia, Toledo y Colegio Imperial, cuyos archivos he registrado con no poca diligencia, se encuentran más papeles que los mútilos manuscritos de Higuera en Toledo (de que ya dixe a Vmd.) ni Alcázar, ni yo, ni otro alguno ¿qué hemos de hacer? Sale de lo dicho que sea el que fuese el cómputo de Tamayo, Carrillo y otros, Mariana murió a 17 de febrero de 1624 de 70 años cumplidos de religión, 60 de profeso, 62 de sacerdote pues se ordenó la quaresma de 1562, y de 87 años o quando más 88 empezados de edad y que nació año 1537 o quando más a fines de 1536. Su madre fue Bernardina Rodríguez (¿qué traza de francesa?) y de ella y de una hermana religiosa hai cartas originales en sus tomos para escribir en sus respaldos, y el sobre de la carta de su madre dice: A mi deseado hijo el doctor Mariana, etc. De estas dos hace memoria el lizenciado Cosme Gómez Tejada de los Reyes en una Historia manuscrita de Talavera en el libro 4.°, la qual vio en poder de Fr. Alonso Bravo, dominicano, y de ella sacó estas noticias mi querido D. Francisco de Santiago el año pasado. Dice el autor que conoció a la monja y señala por padre de Mariana al lizenciado Juan Martínez de Mariana, deán y canónigo de la iglesia colegial de aquella villa y dice que no pudo averiguar si fue natural o bastardo. Yo creo que fue natural porque en su recibo se dice: No tuve impedimento y es cierto que lo fuera la bastardía, y más quando el año 1654 ya el P. Nadal havía publicado en España nuestras Constituciones. Por eso tampoco me acomodo a creer que en la Dedicatoria de sus siete tratados a Paulo V, en aquellas palabras infimae conditionis homo etc., quiso Mariana dar a entender humildemente la humildad de su nacimiento como Vmd. dice, pues esto no viene bien con decir en el epigramma: Est Mariana Domus, porque semejante expresión suena alguna cosa más que mero apellido y un hombre como Mariana no la usaría si fuese hijo bastardo públicamente de un clérigo, sino es que viviese en un pays donde los incestos no fuesen impedimento para cosa alguna, o en Galicia en tiempo del arzobispo Gelmírez. Y aun si he (de) decir mi sentir, yo creo que este lizenciado Mariana sería avuelo del P. Mariana y éste último, la monja y otro hermano que murió niño, hijos legítimamente havidos en Bernardina Rodríguez por un hijo de el deán casado con ella. La chronología en que me fundo y las demás razones porque me muevo diré a Vmd. en apurándolas más y tomando nuevas noticias que deseo de Talavera, pero no hai allí quien las dé ni las quiera buscar.

No he visto la edición de la Historia de 1616 que Vmd. dice hecha en Madrid por Diego Rodríguez (temo que el Diego Rodríguez sea equivocación porque Diego Rodríguez era impresor en Toledo por entonces y imprimió el 2.° tomo en 1623) y Escalera dice hecha en 1617. Pero si de cierto se hizo esta impresión, ella fue la tercera de las ediciones en romance: la 1.ª en 1601, la 2.ª en 1608, la 3.ª en 1616 y por consiguiente la de el año 1623 fue la 4.ª y no la tercera, como Vmd. dice página VIII en el mismo lugar en que supone ser quatro las ediciones que hizo Mariana en romance y en el mismo lugar en que Vmd. ha querido abochornarme aunque sin nombrarme.

En orden a la diligencia de Mariana en la parte narrativa, quál haya sido, él mismo lo dice en la carta que embié a Vmd. Y si se atiende al tiempo y circunstancias en que escribió fue la mayor que pudo y más en pays en donde hai tanta embidia y tan ninguna ayuda para los que quieren servir al público que todo lo han de hacer por sí mismos. Lo mismo digo en lo Tópico y aún es más disculpable siendo tantas las mudanzas y las opiniones, pero yo no he acabado de entender todo lo que dice el marqués Advertencia 118 con motivo de que la Septimania no es la Gascuña. Por lo que toca a la chronología es bella la observación sobre la distinción de los Fastos Varronianos y Capitolinos, pero en orden al error de los 39 años de la Era yo no sé qué diga, porque Vmd. sabe que no estoi convencido de la opinión del marqués sobre este punto y que antes me inclino a creer que nosotros somos los que equivocando los años de la Encarnación y Navidad y haviéndolos confundido llevamos la cuenta atrasada un año y que en suposición de este error nuestra cuenta usual sólo se atrasa 38 años a la Era y no 39 como debría.

Las Advertencias del marqués no se puede negar que están mui doctas, fundadas y que además de probar la letura y comprehensión de su autor, dan mucha luz a los puntos que tocan y pueden servir de mucho para enmendar la historia de España; pero tampoco se puede negar que están escritas con infinita hiel y que dan una idea de Mariana mui agena de lo que merece un hombre que ilustró tanto las cosas de la nación y las dio a conocer a todo el mundo lo que ninguno hizo antes ni después de él. Según el marqués, Mariana es hombre sin diligencia que de ordinario copia sin examen lo que halla (Advertencia 101), que se inclina de ordinario a lo menos seguro (Advertencia 106) y tiene por seguro lo más perjudicial y ofensivo a los mayores príncipes (Advertencia 27) que sigue los cuentos de los moros y calla las grandes acciones de los príncipes, apasionado, incrédulo de milagros ciertos, que pone en duda todo lo bueno, que niega la mayoría de Berenguela (no se dice su retractación), que apunta maliciosamente la duda de la ceniza y hallazgo de el cuerpo de Santiago aunque escribió un libro en su defensa, que injuria a Martel con su bastardía y a Eudón con la llamada de los moros (si no lo dixera sería por apasionado a Francia) y, en fin, es un hombre que nada tiene bueno sino el estilo. Esta y aun peor es la idea que da de Mariana el marqués, y todo esto se podía escusar para enmendar los yerros de Mariana. En lo profundo de las noticias no soi capaz de interponer mi juicio, pero muchas advertencias me parecen poco fundadas, otras pueriles o de quien tiene gana de coger yerros y otras no sé qué debo sentir. No niego que el conocimiento de las historias árabes puso al marqués en estado de hacer muchas notas útiles. Mariana no lo pudo tener porque le faltaron materiales y amigos que le instruyesen. De la falta de libros se queja él muchas veces. De la de amigos dice en un fragmento de su parecer sobre el libro del Condestable: Ay por acá tan poca gente con quien se pueda tratar deste menester que me holgara estuviera por acá Vmd. Plenus sum sermonibus. Pero con todo eso D. Diego de Mendoza que tan versado fue en escritores árabes dice que sus historias son fabulosas y que tienen mucha variedad aunque las llaman ellos escrituras de la verdad, Guerra de Granada, fol. 5, y el mismo marqués nota las fábulas tomadas de Aben Tarik (Advertencia X) que publicó Luna, la de la mesa de Salomón (Advertencia 16), la de D. Julián y la Cava (Advertencia 2) y así de otras. El discurso de los historiadores debiera ser más individual. Lo que se pudiera haver suplido dando debajo en notas noticia de los autores que menciona, sus ediciones o parages donde estén manuscritos y lo demás que pudiera instruir, añadido estas noticias pudiera ser proporcionado el tomo que como está es mui delgado.

La mayor parte de esto tenía escrito el sábado pasado y quando proseguía mi carta llegó el P. Provincial y por no estar en casa el P. Rector huve de cortejarle toda la tarde y así no pude acabarla.

Puedo decir a Vmd. a la larga la controversia del cómplice revelando in confesione sobre que escribió Mariana y tengo visto su tratado, el del arzobispo Guerrero, el del P. Avellaneda, la historia del P. Possino y tengo una carta del P. Suárez sobre esto; pero otra cosa es lo que al presente se trata y hasta que me embíen un papel que antes del Decreto imprimió un jesuíta sobre la confesión con el cómplice y los dos Decretos del Papa 255 que me ofrecieron en el Imperial y no me han embiado dilataré el hablar porque no lo puedo hacer con fundamento y puntualidad. Del Sr. Almeida aún no he tenido respuesta, dice Mena que está en una quinta y que por ventura ése será el motivo de su silencio.

Hoi recibo la de Vmd. llena de favores, como siempre, con las apuntaciones del Pacense que procuraré acabar si me desocupo de mil enredos que me cercan y casi me ahogan.

Estimo mucho y agradezco a Vmd. sus ofrecimientos para Valencia y con la misma llaneza estoi yo dispuesto siempre a obedecer las órdenes de Vmd. a quien seré siempre tan fiel como hasta aquí y con la añadidura de carecer de zelos y desconfianzas. Sólo encargo a Vmd. que en Valencia salude mil veces con todos mis afectos a los señores y favorecedores mios Sales y Cabrera que Vmd. me ha hecho disfrutar y que desde allí me mande quanto quiera y lo mismo a mi hermano Pedro. Madrid y agosto 13 de 1746.

B. L. M. de Vmd.

su afectísimo y obligadísimo servidor y amigo

Andrés Marcos Burriel

Sr. Dn. Gregorio Mayans, mui señor mio.

(B.A.H.M., 178)

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255 Hay una Constitución Apostólica sobre los confesores solicitantes, Sacramentum Paenitentiae, de 1-VI-1741, pero Mayans y Burriel se refieren, asimismo, a Apostolici muneris, de 8-II-1745, ambas de Benedicto XIV.

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