LA INTELIGENCIA COMPUESTA 87
1. No existe en el espíritu ninguna imagen de substancia pura, es decir, despojada de sus accidentes, sino sólo la de estos adherentes que la visten y la cubren. Mas, una vez recibida la primera imagen simple que ha entrado por la puerta de los sentidos, la fantasía agrega a ella los simulacros y otras formas sacadas de aquellas cualidades y acciones que se perciben por los sentidos. Luego interviene la razón compara dichos elementos entre sí indicando que son tales o no, que obran de esta manera o de otra. A continuación añade aquellos componentes, no conocidos por sentido alguno, que en las escuelas se llaman «sincategoremas» o «cosignificantes». 88 Por lo cual, éstos son tanto más numerosos y más aptos cuanto más desarrollada está la razón: más en los hombres que en los niños, más en los inteligentes que en los necios, más en los doctos que en los inexpertos.
2. La fantasía no une, ni separa nada mediante la cópula: así (no afirma) que esto sea tal o no, que actúe o no de este modo; sino que lo acumula diciendo: esto tal o no tal, esto o aquello que obra, de este o de aquel modo, o bien al contrario. Como lo evidencia el [Pg. 128] lenguaje de los niños y de los hombres incultos y torpes que, con frecuencia, al hablar omiten las conjunciones y, sin nexo alguno, amontonan sólo los nombres de las cosas. Mas la razón pasa de los accidentes a la substancia y expresa no ya cuál sea cada cosa y qué haga, sino qué sea o no sea: cuando es afirmativa se llama conjunción y cuando es negativa separación. 89
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