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Andrés Marcos Burriel a Gregorio Mayans, 11, febrero de 1747

"Sr. Dn. Gregorio y mi dueño.

Hasta ahora no ha llegado el correo y así no sé si Vmd. me escribirá menos desconsolado con la pasada mía que en estas dos últimas recibidas a un tiempo el sabado pasado al ir ya a cenar. Bien huviera querido lograr un rato para escribir a Vmd. sin priesa de varias cosas pero sobre las ordinarias ocupaciones me han oprimido otras extraordinarias en estos días y estoi sin tiempo y casi sin fuerza. Mi hermano me dixo que havía apuntado a Vmd. el encargo que he tenido (y he executado con prolijísimo trabajo) de examinar la obra de D. Jorge Juan, 273 cavallero de Malta, natural de Alicante que pasó a Quito con D. Antonio de Ulloa a acompañar a los mathemáticos franceses que iban a medir el grado del Equador. Este tomo de que él se ha encargado contiene las observaciones astronómicas y algunas physicas. El sugeto es de admirable ingenio y amabilísimas costumbres, perdió una capitanía de fragata y encomienda por el viage, ha encontrado perdida la que pose después de doze años, sus discípulos son más antiguos capitanes de fragata y la gratificación es deberle dos años de sueldo. He enmendado algo del estilo, en el méthodo no ha havido que mudar, que éste fue solo mi encargo.

No he embiado el índice de Mena porque su impresión se detuvo haviendo yo influido para que se comprase toda la librería o la mayor parte a lo menos para este Seminario donde estamos sin libros. Esto no se ha evacuado aún porque yo, empleado en otras prisas (por los que juzgan que soi de azero) no he podido arrimar el hombro para el examen. En estas carnestolendas creo quedaremos fuera de todo y yo, si otra cosa no puedo, embiaré a Vmd. los papelillos separados como están.

Conozco la feble de el amigo Pingarrón, que sin duda es, que haviéndole yo dicho que quisiera ver la obra 274 ahora para hacer un epítome de ella que dar a mis muchachos porque pudiesen dar alguna razón en conclusiones esta primavera, él havrá creído que se estancaría eternamente en mí y que yo le detendría su impresión o tal. Recatarse porque yo no lo diga a Panel no lo creo porque como he callado que la hacía, callaría que la ha hecho. Si es otra cosa se me oculta, todo importa poco y a D. Manuel creo que le falta una puntica de franqueza de corazón para no hacer misterios.

En asumpto de Ruiz no pude hacer más. La única tarde que he salido fuí al Imperial a ver al P. Altamirano, Provisor General de Indias, a quien Ensenada encargó la obra de Dn. Jorge para empeñarle a su favor y inspirarle que influya para que publique otras obras que puede y que a lo menos se haga una exacta geografía moderna de España, etc., y al P. Provincial Granados sobre lo que Vmd. me dice aunque yo no lo puedo decir todo no dando testigo. A ninguno encontré y no sé quándo podré volver. Yo bien quisiera ser mil para servir a Vmd. pero no puedo más.

Sobre Patronato no he podido ver un solo papel aunque lo he solicitado por mil caminos y por el P. Sales que para esto es insulso. Esto va acá con profundo secreto porque quizá escarmentados con los lanzes de Macanaz (cuyo papel me han leído y no está tan malo como le pintan) no querrán que se perciba el fuego de las minas.

Al Sr. Dn. Juan Antonio dirá Vmd. ternísimos afectos. Respondí al Sr. Cabrera y pavordre Sales de quien hice mención con el P. Confesor a quien hallé informado quizá por el P. Sales. Al Sr. D. Manuel sírvase Vmd. acordarle mi amor y quede Vmd. con Dios que le guarde. Madrid y febrero 11 de 1747.

De Vmd. siempre todo

Andrés

P. D. El mozo se viene sin cartas y así nada sé de Vmd. Embío esa defensa de un jesuíta perseguido barbarísimamente. Diómela Dn. Leopoldo estos días y el Sr. Bermúdez me dixo entonzes que havía embiado a D.ª Margarita 6 perniles que llevaron su escolio.

Sr. Dn. Gregorio y mui señor mio.

(B.A.H.M., 178)