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Gregorio Mayans y Siscar -... > Bibliografia > Congresos - Mayans y la... > Mayans y el pensamiento político de su tiempo - Mayans descrito por el mismo. Un memorial inédito de 1766. Pere Molas Ribalta

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Text

[Pg. 123]

MAYANS DESCRITO POR ÉL MISMO.

UN MEMORIAL INÉDITO DE 1766

Pere Molas Ribalta

EN el curso de mis investigaciones sobre los magistrados valencianos de la decimoctava centuria encontré en la Sección de Gracia y Justicia del Archivo General de Simancas un memorial de Gregorio Mayans y Siscar a Carlos III. 1 Antonio Mestre me ha informado de que no se conocía en concreto este memorial, aunque sí otro muy similar dirigido al ministro Roda. La circunstancia y motivación de este resumen de la trayectoria intelectual de Mayans aparecen muy claros. Se trataba de preparar el reconocimiento oficial de los méritos del erudito de Oliva por el monarca y concretamente la concesión de los honores de alcalde de casa y corte, junto con el respaldo económico que le permitiera una cómoda continuación de sus actividades culturales. Es mucho lo que a raíz de este memorial podría decirse de la vida y la obra de Mayans. Me limitaré a un breve comentario introductorio y a unas mínimas referencias bibliográficas.

Nos hallamos evidentemente ante un resumen de la actividad de Mayans en el que éste hizo resaltar aquellas facetas de su personalidad intelectual que mejor pudieran sintonizar con el campo de interés del soberano, "de los que mejor puedan conciliarme su real agrado". El propio Mayans lo definió como "un breve apuntamiento entresacado de mis méritos". En él don Gregorio se describió varias veces a sí mismo como un intelectual que había servido no sólo al Estado, sino a toda la sociedad ("servicios al público", "sociedad civil") en el ámbito concreto de las humanidades. "He procurado toda mi vida -escribió- cumplir con las obligaciones de mi nacimiento, con las de estudioso siempre constante en el trabajo de las letras". Por esta razón no pedía [Pg. 124] al monarca un cargo en la magistratura. Esto hubiera sido, en opinión de Mayans, "hacer inútiles todos mis trabajos literarios". Lo que pedía fundamentalmente Mayans al rey era en esencia lo que había propuesto cuatro lustros antes a Patiño: 2 "algún expediente a fin de que viviendo sin escasez pueda imprimir las principales obras que tengo trabajadas". También se encuentra presente en el documento la constante preocupación por el porvenir de sus hijos 3 a los que pintaba "faltos de acomodamiento, faltos de los subsidios necesarios y mis hijas casi indotadas" y en particular de su hijo José.

Desde el primer párrafo del documento hasta el último podemos observar la conocida arrogancia intelectual de Mayans quien insistió orgullosamente en el papel pionero que había desempeñado en las etapas iniciales de la Ilustración española. Hacía notar el predicamento de que gozó como catedrático de la Universidad de Valencia 4 donde decía "la juventud de muchos reinos y provincias de España acudió a oírme"; se calificaba como "el primero y único que he formado cánones etimológicos" de la lengua española, como el descubridor de "los tesoros ocultos de la elocuencia española" y "renovador de la oratoria sagrada", 5 llamaba a su gramática latina "lo más copiosa, clara y útil que tenga hasta hoy cualquier nación extranjera", y a su obra de lógica "empresa hasta hoy no practicada". Con relación a la historiografía se presentaba como "el que en España he empezado a animar el uso de la crítica al conocimiento de la Historia" y "el que en nuestro tiempo ha renovado el combate contra las fingidas láminas de Granada". 6 Terminaba el memorial casi exigiendo la recompensa real.

De manera concreta los méritos que Mayans presentó a la consideración de Carlos III se agrupaban en seis grandes ámbitos culturales: a) su labor como jurista, b) su participación en las campañas regalistas de la corona, c) sus obras relativas a la lengua castellana, d) su tarea como latinista, e) sus escritos sobre lógica y ética, y d) su proyección [Pg. 125] en el campo de la Historia. En el primer punto destacó el desempeño de su cátedra en Valencia con bajo salario y gran éxito, así como la publicación de tratados legales e interpretación de jurisconsultos. 7 Su papel como colaborador de la política regalista debía ser particularmente grato al antiguo rey de Nápoles. Ya en el primer párrafo del memorial se llamó Mayans "notoriamente benemérito del Real Patronato". El detalle de los méritos regalistas ocupa una buena parte del documento. Se refirió Mayans a su crítica del concordato de 1737 y a sus observaciones sobre el de 1753, 8 los escritos sobre las ingerencias del nuncio, 9 los ataques a las coadjutorías eclesiásticas, y en general la redacción de las obras que Blas Jover publicó a su nombre, hecho del cual se quejaba don Gregorio con cierta amargura: "oculta diligencia... secretos encargos... defraudándome de la gloria". 10 En los demás ámbitos que he citado mencionaba Mayans su obra de recuperación de Nebrija, sus trabajos de gramática, prosodia y retórica latinas, así como las de lógica y filosofía y moral, y daba un lugar destacado a su lucha "contra las ficciones introducidas en la historia eclesiástica de España" que tantos esfuerzos le costó.

Este es el retrato por escrito que de sí mismo hizo Gregorio Mayans a Carlos III, el perfil cultural que quiso presentar al monarca que en el mismo memorial hizo constar su decisión de concederle los honores de alcalde de casa y corte para la continuidad de su infatigable labor.

[Pg. 126]

APÉNDICE DOCUMENTAL

Archivo General de Simancas.

Sección de Gracia y Justicia.

Legajo 820. Concesión de honores,

jubilaciones y preeminencias.

A W

Señor.

D. Gregorio Mayans i Siscar puesto a los pies de V. Real y Cathólica Magestad con la mayor veneración humildemente deseo que llegue a noticia de V. Magestad que he procurado toda mi vida cumplir con las obligaciones de mi nacimiento con las de un estudioso siempre constante en el trabajo de las letras y con las de fiel vasallo de V. Magestad, aviendo sido notoriamente benemérito de su Real Patronato, facilitando el acrecentamiento de sus derechos (como diré después) en perpetuo beneficio de los que tenemos la dicha de ser vasallos de V. Magestad.

Y aunque esto solo bastaría para que V. Magestad, como tan justo y liberal, egecutase conmigo su Real beneficencia, la piedad que yo devo a mis hijos faltos de acomodamiento me obliga a ofrecer a la alta comprehensión de V. Magestad un breve apuntamiento, entresacado de mis méritos, para que tenga V. Magestad alguna noticia de las que mejor pudieran conciliarme su Real agrado.

En el año mil setecientos y catorce la Universidad de Valencia en las exequias que hizo a la buena memoria de la Gloriosa Reina de España, la señora Doña María Luisa Gabriela de Saboya, me escogió para que celebrasse sus heroicas virtudes y dichosa muerte con elogios.

En dicha Universidad, después de aver estudiado en ella Filosofía, Leyes i Cánones, i recibido los Grados mayores de ambos Drechos (i antes los de Bachiller en la de Salamanca) i después de aver publicado los Comentarios sobre los textos de cinco Jurisconsultos para ensayo i prueva de mis estudios legales, fui once años Cathedrático del Código de Justiniano sin más salario que el de treinta i siete pessos i medio; en cuyo tiempo (omitiendo otras muchas obras) di a la luz pública diez tratados legales que extraordinariamente dicté en aquella Universidad, ofreciendo hasta ciento que tenía trabajados, i tuve al mismo tiempo extraordinaria i diariamente, ya dos, ya tres Academias públicas, únicamente por el deseo de instruir a la juventud que de muchos reinos i provincias de España acudió a oirme.

De la Universidad de Valencia vine a servir en el empleo de Bibliothecario al Rei mi señor Don Felipe V de gloriosa memoria, i aviéndolo sido seis años, supliqué a su Real Magestad que, para emplearme mejor en su servicio, se [Pg. 127] dignasse, como se dignó, de darse por bien servido de mí, concediéndome licencia para retirarme a mi patria, Oliva, en el Reino de Valencia, expressando ser su Real voluntad que yo continuasse en trabajar en cosas de letras, como lo he egecutado sin retención de salario ni pensión alguna, sirviendo al público en la propagación de las letras i a la Monarquía en los mayores negocios en que se ha tenido por conveniente que yo sirviesse con mis estudios.

Manifesté, pues, y prové los daños que causava el Concordato de 1737 de la Corte de España con la de Roma, para que, examinados y vistos sus perjuicios, se pudiesse tratar de hacer el segundo Concordato, sobre el qual se me mandó escribir unas largas Observaciones que tiene V. Magestad en su Real Secretaría del Consejo de Hacienda i yo en ellas un abonado testimonio de mi trabajo i desinterés.

Semejantemente, combatiendo el Nuncio de la Corte de Roma la jurisdicción de la Real Cámara de V. Magestad en lo perteneciente a su Real Patronato, yo fui el que escriví en defensa de ella, para que incontrastablemente se sostuviesse, como se sostiene.

Tratándose de impedir las Coadjutorías Eclesiásticas, contrarias a los Sagrados Cánones, tan beneficiosas a la Curia Romana, i dañosas al bien público, yo prové la falsedad de todos los egemplares que los Romanos alegaron de la Iglesia Oriental y Occidental, i el Real Patronato logró un tan útil y perpetuo acrecentamiento.

Por mi oculta diligencia, sin que se entendiesse aver sido mía, i sin mira alguna a la retribución, se ha aumentado el Real Patronato con el derecho de presentar muchas prebendas eclesiásticas, aviendo yo trabajado en ello por secretos encargos, fatigando mi salud i defraudándome de la gloria de que se supiessen tales méritos hechos en servicio y acrecentamiento de la Regalía de V. Magestad.

En lo demás pudiera yo referir a V.M. por menor mis servicios al público, aviéndolos hecho con sumo desinterés i por la obligación de la sociedad civil. Pero permítame V.M. que apunte algo de lo mucho que he trabajado.

Sin aver visto la Ortografía Castellana de Antonio de Lebrija, el más insigne maestro de los españoles, idée i formé todos los mismos principios y reglas que él, i después que vi las suyas, que ya por su rareza no se leían en España, las publiqué acrecentadas con mis Reflexiones, para que se fijasse sin equivocación alguna la Ortografía de la lengua castellana, observando la naturaleza y valor de las letras ajustadas a la pronunciación.

He manifestado los Orígenes de la Lengua española, aviendo sido el primero i único que he formado en ella Cánones Etimológicos.

He trabajado una Grammática Latina en metro castellano, la más copiosa, clara i útil que tenga hasta oi qualquier nación estrangera.

En mi juventud publiqué una Prosodia Latina en romance, sumamente breve i acompañada de mi traducción española de los sinónimos para facilitar el egercicio de la Poética.

He reducido todos los preceptos de la Retórica a una arte de prudencia civil, i los he ilustrado con abundancia de egemplos, en que se ven descubiertos los tesoros de la eloquencia española, antes ocultos.

[Pg. 128]

Por medio de mi Orador Christiano empezó a mejorarse notablemente en España i especialmente en el reino de Valencia la Oratoria Eclesiástica.

He manifestado las fuentes de la Lógica, para que pueda escrivirse de manera que llanamente se expliquen todas sus partes, empresa hasta oi no practicada.

En mi Filosofía Moral he explicado individualmente la naturaleza de todas las passiones humanas, de todas las virtudes i vicios i los medios de conseguir la verdadera felicidad según prescrive la Religión Christiana.

He publicado setenta tratados legales con toda su correspondiente extensión, acomodados al uso de las Universidades.

He interpretado lleníssimamente las Leyes de treinta jurisconsultos, cuyo número excede al de los demás intérpretes.

He publicado más de quarenta vidas de varones ilustres.

Soi el que en Hespaña en el presente siglo he empezado a animar al uso de la Crítica al conocimiento de la historia literaria, de las inscripciones y medallas, i de todo lo tocante a los medios de propagación de las Letras, i el que más descubiertamente ha combatido las ficciones introducidas en la historia eclesiástica de España.

He sido el que en nuestro tiempo ha renovado el combate contra las fingidas láminas de Granada.

Por mí se leen muchas obras de insignes españoles que por su dotrina ilustran todas las ciencias.

El respetuoso recelo que tengo de molestar a V.M. me obliga a omitir gran parte de mis méritos contestados por muchos eruditos de las Naciones más cultas de Europa por medio de comunicaciones literarias que empezaron a frequentarse en el año diez i ocho de este siglo, siendo la mayor parte de mis correspondencias, respuestas dadas a las consultas de hombres eruditíssimos.

Señor, todo lo dicho i hecho es mui poco en comparación de lo que puedo hacer si V.Mag. es servido de ello i se digna de oirme referir en su Real presencia los Pensamientos que tengo dignos de la gloria de su Reinado.

Emplearme fuera de esta estudiosa i útil carrera sería hacer inútiles todos mis trabajos literarios, entreteniéndome en cosas en que otros muchos beneméritos vasallos de V.Mag. me hacen ventaja.

Solamente, pues, propongo a V.Mag. que aviendo cumplido yo sesenta i siete años, devo temer que naturalmente será corto el tiempo que me quedará para lograr los frutos de la beneficencia de V. Magestad, pero deseo emplearle en su Real servicio, mandando V.Magestad que para que yo pueda egecutarlo se de algun expediente, a fin de que, viviendo yo sin escasez, pueda imprimir las principales obras que tengo trabajadas. I especialmente suplico a V.Magestad que en remuneración de mis servicios se digne también de conceder a mi hijo Don Josef Mayans i Pasqual algún Beneficio simple o Pensión eclesiástica, para que continue sus estudios; pues no sucedería estar mis hijos faltos de los subsidios necessarios i mis hijas casi indotadas, si yo huviera procurado aumentar mis bienes heredados con lo que he gastado en sesenta [Pg. 129] y quatro años de estudios, en funciones de Letras, en correspondencias de hombres eruditos, en la formación de una librería escogida, i en muchíssimas impresiones de obras propias y agenas de que no he hecho comercio, como se suele, parte de las quales obras impressas con licencia de V.Magestad pongo a Sus Reales Pies; para que pues por dicha mía es V.Magestad mi Rei, sea también mi Censor i mi Remunerador.

Don Greg° Mayans i Siscar.

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1 . AGS. GJ. Leg. 820, s. f.

2 . Antonio MESTRE: Historia, fueros y actitudes políticas. Valencia, 1971, pág. 70.

3 . El interés por situar a sus hijos, y en especial a José, aparece como tema repetido en la correspondencia de Mayans con el ministro Roda y en menor grado con Campomanes. MESTRE: Perfil biográfico de don Gregorio Mayans y Siscar. Valencia, 1981, pág. 120. También Mariano y José Luis PESET: Gregorio Mayans y la reforma universitaria. Valencia, 1975, pág. 29, nota 32, con la cita negativa de Juan Antonio Mayans sobre sus sobrinos: "todos tiran a dar pesadumbre al tío y a arruinar la casa".

4 . Sobre esta etapa de su vida véase el prólogo de Mariano PESET al Epistolario Mayans-Nebot, Valencia, 1975, LXIX-LXXX.

5 . Sobre el sentido y repercusión del "Orador cristiano", véase MESTRE Ilustración y reforma de la Iglesia, Valencia, 1968, págs. 84-97.

6 . MESTRE: Ilustración... 197 y ss. Mayans recuerda implícitamente a los predecesores del criticismo histórico del siglo XVII.

7 . Sobre la faceta jurídica de Mayans véase el mencionado prólogo de PESET, en especial LX y ss.

8 . Ilustración... 368 y ss.

9 . Ibidem, 374.

10 . Ibidem, 375-376. José Borrull no aprobaba que Mayans llevara en volandas "al dichoso Jover que es hombre más digno de que se le corte las alas". Los numerosos datos que conozco de la biografía de Jover, y concretamente los de su etapa valenciana confirman una idea negativa de la catadura del personaje.

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